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sábado, 30 de abril de 2011

# 3 Querido diario:

Café, cigarrillos y Rock and Roll. Eso era todo. Pasaba las noches pegada a su guitarra, litros de café y cajetillas de tabaco que cada vez duraban menos. Pero desde que él se fue, los acordes eran cada vez más tristes, el café sabía más amargo y los cigarros se consumían sin que se diese cuenta. Kate miró por la ventana y suspiró. Ya estaba amaneciendo. Otra noche más que pasaba sin él. Se hacía insoportable. Decidió que, la noche siguiente, cambiaría el café por Brugal. Tal vez diese mejor resultado.

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