Seguidores

lunes, 16 de mayo de 2011

# 7 Querido diario:

Madrid, hora punta. La Gran Vía está llena de gente, todas andando rápido, con prisas. Kate, no. Camina al ritmo de su iPod, su mejor amigo en esos momentos. Sus viejas Converse andan desganadas por la acera. Lleva mucho tiempo sin poder dormir más de 4 horas seguidas, y eso se le nota en la cara. Se acuerda de sus ojos, y de su sonrisa, y de aquella canción que a él tanto le gustaba: "Y báñate en mis ojos, que se joda el mar..." Kate baja la mirada y suspira. Enciende un cigarro. Una muerte lenta, pero, por lo menos, sabe bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario