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domingo, 29 de mayo de 2011

# 9 Querido diario:


Él era tan fuerte, y ella, tan ingenua... Porque con eso de querer ser inmortal no se juega, no todo es para siempre. Porque cuando la cagas no hay vuelta atrás, y él lo sabía, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver. "Simplemente no me dejes caer", dijo ella. "Sujétame con lo que sea, unos alfileres me valen. Pero no me dejes caer". Y él... jugó con los alfileres.

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